Y doce meses después, aquí estamos. La espera llega a su final y el cronómetro se sitúa en el punto de partida. Los días, las horas, los minutos y los segundos alcanzan el ansiado 00:00:00:00 dentro de su página web. «Había ganas», nos relatan a lo largo de la entrevista. No es para menos, nadie se libra de la situación actual. Ni si quiera la cultura, pese a la resilencia desarrollada a lo largo de la historia. Ni si quiera la cultura, pese a tener fines sociales. Ni siquiera tirando de un condicional irónico. Es cultura, un sector ya de por sí debilitado y menospreciado en el que la pandemia ha encontrado una víctima apetecible. De todas formas, nada ni nadie está a salvo. Por ello, que el cronómetro marque el pistoletazo de salida, es motivo de una alegría cautelosa. Es indicativo de cine. Es tiempo de FanCineGay.
El Festival Internacional de Cine LGBT de Extremadura regresa del 5 al 15 de noviembre. Vuelve FanCineGay con su vigesimotercera edición y lo hace de una manera muy especial con su estreno en el CineClub El Gallinero de Jaraíz de la Vera, que sustituye a la localidad cacereña de Hervás debido al cierre perimetral con motivo de la Covid-19.
Sylvia Martín Sánchez, encargada de producción del Festival, ha comentado la situación de un festival que no va a estar exento de cambios. «Va a ver algunos, no tanto por espacios, pero sí relacionados con las actividades paralelas o galas que se hacían otros años. Esta edición va a estar modificada adaptándose a la situación» ha expuesto la encargada de producción. Pese a ello, ha recalcado las abundantes ganas que existían por el comienzo de una edición marcada desde el principio por la pandemia.
Tal es así, que este año el cartel creado por el sevillano Manuel Molvar apuesta por los cines como espacios seguros frente a la Covid, pero también, y muy especialmente, para las personas LGBT. «Nuestro festival es una lucha por los derechos de la personas LGBT y por su visibilización«, comenta Sylvia Martín, que, a su vez, menciona como la aparición de discursos aparentemente absoletos han dado pie a la focalización y apuesta dentro del cartel. «En realidad, este tipo de discursos siempre estuvieron ahí, lo que pasa que ahora se han normalizado y están saliendo a la luz. Entonces, solo nos queda luchar y visibilizar más que nunca por los derechos de las personas LGBT«.
Y una de las mejores formas de luchar y combatir esta situación es a través del cine. «El cine puede combatir esta situación normalizando y trasformando una realidad social de opresión que existe hacia las mujeres lesbianas, las personas homosexuales o hacia las personas trans«, expone Sylvia Martín. El cine tiene este potencial y títulos como ‘Las mil y una’ de Clarisa Navas, ‘A Stormy Night’ de David Moragas o ‘Que se haga la luz’ de Marko Skop, entre otras 8 más que conforman la programación, llegan para demostrarlo.
Dentro de la programación se produce un equilibrio entre los largometrajes de temática lésbica como de temática gay o transexual. Así lo busca la organización, que este año, junto a la apuesta destacada en el cartel, desea prestar una atención especial a las zonas rurales. De esta forma, al lado de las proyecciones en Badajoz, Mérida o Cáceres, cobran importancia localidades como Jaraíz de la Vera, donde se lleva a cabo el estreno del Festival, Torrejoncillo, Burguillos del Cerro, Moraleja, Arroyo de la Luz y Villanueva de la Vera.
«En estas localidades no llega siempre un cine que haya estado en CANNES, en San Sebastián o festivales de este calibre. Es una forma de llevar ese buen cine bajo la temática LGBT a las zonas rurales, dando lugar a una apuesta por la cultura y, a su vez, a fomentar la normalización y visibilidad«, concluye la encargada de producción del Festival.
