Hace algunos días, Miguel Ängel Carmona del Barco presentaba en el salón de actos de la RUCAB el libro con el que ganó el premio “Ciudad de Badajoz”, una novela que aborda el maltrato, que sucede en Badajoz y que lleva por título “Alegría”. De entre todos sus testimonios a cerca de esta última obra, llama la atención el nombre del título que resulta paradójico si se tiene en cuenta el tema del que versan sus páginas. “Hay un momento en el libro”, comenta su autor, “en el que Alegría, la joven adolescente que protagoniza la novela, le dice a su madre, precisamente que cometió un error llamándola así y la madre apostilla, sin embargo, que esa es una de las decisiones más maravillosas que ha tomado en su vida” . “Alegría conforma mucho más que un nombre, mucho más que la vida de una chica pacense que nos transporta a los años noventa, es toda una obra documentada y levantada gracias a la generosidad de muchas mujeres, once concretamente, que han querido donar sus vivencias a alguien que se ha propuesto construir una historia que remueve conciencias y lo ha conseguido.

Se trata de su tercera publicación en el circuito editorial convencional y como recalca, “”el primer premio que recibo en mi tierra que significa un reconocimiento de aquellos con los que vives y que, por tanto , se convierte en algo muy especial . Además éste es un oficio casi secreto y de hecho, mucha gente de la que tengo próxima, ni sabía que escribía”. Pero la trayectoria literaria de Miguel Ängel Carmona del Barco es extensa e intensa. Es licenciado en Humanidades y diplomado en Biblioteconomía y Documentación. Dirige el Centro de Estudios Literarios Antonio Román Díez y dos clubes de lectura. Publicó su primera novela , titulada “ La dignidad dormida” , en el año 2013 y el libro de relatos “ Manual de autoayuda ” en 2016 y también, la obra titulada “ Sin Cicerone ” , en 2017 , con la que ganó el XVIII Premio literario “ Camilo José Cela”. Además, con la que fue su primera novela, Kuebiko , obtuvo el XXXV Premio “ Vicente Blasco Ibáñez” de narrativa.

Desempeña su trabajo en el Servicio Extremeño Público de Empleo, pero, como él mismo explica, necesita escribir: “escribo para entender mejor el lugar en el que me ha tocado vivir” . Pero no solo junta letras para comprender el mundo, sino que se empapa y se persona, solo hace falta oírle hablar y transmitir experiencias que mima y cuida antes de plasmar en el papel. Así, comenta que “para escribir “Kuidiko”, me trasladé a Hungría y fui recabando distintos testimonios hasta llegar a Austria. Vi de primera mano la realidad de los mal llamados refugiados, ya que no tienen refugio. así, poco a poco , construí la obra. Esta fue mi primera incursión en la novela social”. Ahora, con “Alegría” ya publicada y premiada, Miguel Ängel Carmona del Barco reflexiona sobre la cuestión de dar un paso más cuando se trata de la causa social. “Por ejemplo, si conocemos de cerca un caso de violencia de género, pues nos preguntamos el por qué suceden estas cosas, pero no pasamos de ahí, no vamos más allá. Pensamos en que es algo ajeno a nosotros y no tratamos de comprenderlo. Pues, bien, pienso que tenemos que dejar de autoprotegernos con esa incomprensión y mojarnos. Precisamente, con esa fórmula y para entender eso, escribí “Alegría”.

No ha consistido en coger ejemplos testimoniales, ni en inventar una historia. Como señala el autor de “Alegría”, “el proceso ha sido lento y me ha llevado mucha investigación. Tenía y quería acercarme a esa realidad, había que tocarla con las manos. Fueron tiempos en los que leía absolutamente todo lo que encontraba sobre estos temas y construyendo mi propia base de conocimiento”. Después llegó la fase de entrevistar a agentes sociales, matronas, médicos de atención primaria, trabajadores sociales, jueces de juzgados de violencia de género, etc. Era necesario navegar por el panorama que compone estas situaciones de manera completa. Finalmente, la fase de inmersión real que, como explica Miguel ANgel, “consistió en hablar con las víctimas y observar una realidad que quise absorber como una esponja para, eso sí, construir después una obra absolutamente de ficción. No he querido hacer un rompecabezas uniendo las fichas con lo que me contaron , sino crear un personaje interpretando todo lo que yo viví. Es decir que se trata de un trabajo actoral” . La maravillosa excusa para penetrar en estos aspectos de forma transparente, la consigue Miguel Ängel Carmona del Barco, creando una trama que se sucede en Badajoz, durante los años noventa y que tiene como protagonista a una muchacha de dieciséis años llamada Alegría. “Se trata de una historia en donde se construye una génesis con referentes culturales y vivenciales míos. Se lo presto todo a Alegría para que sea una historia enteramente fictícea. Ha vivido en mi calle y ha estudiado en mi clase. Todo eso hace que surja como un personaje creado para mi novela. Ella es única e irrepetible y los procesos por los cuales ocurre son compartidos en esta relación tan particular que yo he construido”.