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Una nueva diana para tratamientos que mejoran el deterioro muscular en la ELA

Una nueva diana para tratamientos que mejoran el deterioro muscular en la ELA

Mirada Social

2 septiembre, 2020

En la ELA, las células que van siendo degradadas de una manera bastante específica son las motoneuronas. Sin embargo, en la aparición de la enfermedad y su progreso, hay otras células que juegan su nefasto papel. Las motoneuronas, como el resto de células del cuerpo, no trabajan solas. Están trabajando en un contexto de colaboración mutua con otros muchos tipos celulares. Cada tipo de célula cumple una misión que ayuda a las de su entorno a hacer su función específica.

Y para que todo ese trabajo coordinado se realice adecuadamente, las células que colaboran deben comunicarse. Algunas se comunican de manera mecánica al estar conectadas de una manera física, pero lo más habitual es que se comuniquen con señales químicas. Así, una célula manda una molécula que se recibe a través de un receptor específico en otra célula. Cuando llega la señal, se activan cascadas de acciones celulares que modifican su actividad. De esta manera, unas células influyen en como trabajan las vecinas y viceversa.

En una publicación reciente, estudian el potencial como terapia para la ELA de una de estas señales de comunicación entre células del sistema nervioso. Los investigadores ya habían observado que los astrocitos son capaces de emitir una señal que hace que las motoneuronas inicien su degradación. Esta señal se conoce como RAGE.

Según sus experimentos, cuando se interrumpe esta señal en ratones, se disminuye la muerte de motoneuronas. Al usar tanto medicamentos inhibidores, como al disminuir la señal con técnicas genéticas, aprecian es que la fuerza muscular de los ratones se mantiene durante más tiempo. Este resultado parece consistente en general dentro de los experimentos realizados.

Pero en el caso del efecto sobre la supervivencia los resultados son más confusos. En ratones hembra parece retrasar el progreso de la enfermedad en fases tempranas, pero acelerarla en las fases tardías. Y en ratones macho aparecen indicios de que podría prolongar su supervivencia. Sin embargo, no hay una diferencia estadísticamente significativa clara.

Los inhibidores de RAGE por lo tanto podrían ser útiles para actuar en las fases iniciales de la enfermedad, y orientados a mantener la fuerza muscular específicamente. No es una solución terapéutica global a la enfermedad, pero si diferentes tratamientos ponen soluciones a diferentes aspectos de la enfermedad, los pequeños pasos se podrían convertir en grandes zancadas.

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