Dice el conocido poema “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”, aunque en ocasiones lo de andar resulte toda una aventura tremendamente compleja para algunos a los que le sobran ganas e intenciones, pero les faltan recursos. Aquellos cuyos pasos son “más que pasos” y pese a que ponen toneladas de ilusión en cada zancada, a veces, ni tan siquiera pueden llegar a moverse un solo metro hacia donde les gustaría. Aquellos amantes de la naturaleza, sus caricias y su maravillosa vitamina en forma de magia que, ahora parecen haber descubierto muchos, a causa de la pandemia, pero que para otros, siempre ha estado ahí. Personas que, por sus circunstancias no han podido disfrutar de unos beneficios más que necesarios, no solo en estos tiempos que corren, en los que salen por doquier improvisados runners, ciclistas y hasta “paseadores” de mascotas , sino siempre. La Madre Naturaleza tiene un regazo infinito en el que todos, sin excepción, alguna vez hemos deseado ser arrullados porque su consuelo resulta reconfortante y nos toca el alma de una manera única y especial. La emoción de ver una puesta de sol, escuchar el idioma de su silencio coloreado por el canto de las aves, sentir nuestro cuerpo cuneado por las olas del mar, El cálido abrazo de ese sol de otoño en la espalda o el olor a jazmín en el crepúsculo, nos llenan de plenitud de una manera absoluta y colmada . Sensaciones que todo el mundo, sin exclusión debería vivir en primera persona pero que, desafortunadamente no sucede así. Gozar de un entorno natural y llevar a cabo actividades de ruta y senderismo, por ejemplo, se presenta como mucho más que una aventura a aquellas personas con movilidad reducida, discapacidad visual o cualquier otra causa de dificultad que, lógicamente, nada tiene que ver con las ganas, la necesidad y la ilusión agazapada por la impotencia de no poder participar de algo tan sensacional. La Asociación “Senderismo la Dehesa” se constituye allá por el año 2014 y además de haber recorrido cientos de senderos, en los últimos años están dando más que pasos de gigante para contribuir a que lo que parece imposible deje de serlo .
José Ramón Gómez Solís, es uno de los fundadores de esta asociación y nos explica que “todo comenzó cuando varios amigos empezamos a hacer una serie de rutas nocturnas en el Parque Natural de Cornalvo . Creamos un evento en Facebook y a partir de ese momento se nos unió más gente hasta que se formo un grupo asiduo a estas salidas” . La verdadera historia de la Asociación “Senderismo la Dehesa, Senderismo sin Barreras” despega cuando José Ramón decide inscribirse y gestionar todos los trámites para convertirse en algo más que un grupo de amigos caminantes. “Así surge todo. Cuando nos constituimos como asociación con nuestro logo, camisetas y demás. Al principio éramos diez o doce pero con el tiempo se fue incrementando el número de participantes que querían acompañarnos hasta que se nos presentó la oportunidad de enriquecernos como personas y como colectivo realizando un curso sobre el uso de la denominada Silla Joelette para ofrecer el servicio de disfrutar de nuestras rutas a usuarios con movilidad reducida y la verdad, está resultando una experiencia fantástica”.
A través de la Fundación Global Nature y la colaboración de la asociación canaria “Montaña para Todos”, este equipo de empáticos senderistas, se pusieron manos a la obra y además, tras varios meses de trámites consiguieron una de estas sillas cedida por la Junta de Extremadura que hoy tienen en usufructo y que la utiliza, sobre todo, una usuaria de Montijo , Yolanda Alvarez que asegura estar encantada con la iniciativa. Una iniciativa que, según resalta José Ramón Gómez, “que nos hace sentirnos útiles y en la que recibimos mucho más de lo que damos”.
Mérida, Badajoz, Palomas, Guareña o Cáceres, son entre otras, las localidades desde las que participan estos amantes del senderismo que además, no se conforman con ser solo un grupo de caminantes, sino que pretenden compartir vivencias y llevar a personas que, sin su ayuda, no podrían gozar de estas actividades. De hecho lo tienen tan claro, que pese al parón de la pandemia que ahora los ha dejado sin salidas durante un tiempo, no cesarán en su empeño en cuanto pueda recuperarse la normalidad ahora que también llega el buen clima, como nos comenta, para finalizar, José Ramón, ilusionado y optimista por un futuro en el que seguir aportando para aquellos que lo tienen más complicado: “justo ahora que hace un año de la pandemia, el aviso del decreto del Estado de Alarma nos truncó una experiencia que recuperaremos en cuanto se pueda. Se trata de un curso, en este caso, de guía para invidentes en la montaña. Mediante una barra por la que se camina conectado a la otra persona y que como digo, queremos llevar a cabo lo antes posible para poder también compartir sendero con quienes no pueden ver”.
