Destacado

Salud con barreras

Salud con barreras

Susana Mangut

7 abril, 2021

Hoy, 7 de abril vuelve a hacerse una cruz en el calendario al que ya, por cierto, no le quedan más días por conmemorar, celebrar o festejar, como se quiera. Pero el Día Mundial de la Salud sí que debería hacernos reflexionar y más aún en los tiempos que corren, en los que la propia salud, nos ha enseñado a echarla de menos, valorarla y considerarla lo que realmente es; un bien verdadero de los de primera necesidad. Un bien que parece eterno para muchos, pero que no lo es y que no se deteriora solo por la edad. EN un único y dichoso instante de la vida de cualquiera, la salud puede faltar y cambiarlo todo estrepitosamente. Ese principio se nos había olvidado, tal vez a algunos y ahora la vida y la pandemia nos lo ha recordado y grabado a fuego. Sucede igual con la discapacidad que tanto tiene que ver con la salud y que, a diferencia de una gripe o un esguince, resulta que no se quita pasados unos meses, ni unos años, ni con reposo, ni tomando medicación. También la discapacidad puede quebrantar la vida de una persona completamente sana así, de un momento a otro. Desgraciadamente pasa y pasará. Hoy, en el supuesto Día Mundial de la Salud, la reflexión que toca es que existen personas con discapacidad que se ponen enfermas. Sí, resulta evidente esta afirmación, sin embargo no parece que se tenga demasiado en cuenta, cuando estas personas tienen que acudir, por ejemplo, a una revisión médica o a someterse a alguna intervención. ¿Están los centros de salud, las clínicas y los hospitales dotados de la accesibilidad suficiente para que estas personas puedan moverse solas y de manera independiente en sus inmediaciones y puedan acceder de primera mano y sin intermediarios a toda la información que se ofrece?. La respuesta es clara, evidente e injusta: NO. Se viene produciendo una discriminación flagrante a este respecto ya que, en muchos casos, se trata de gente que precisa acudir con cierta asiduidad al médico, a causa de factores sobrevenidos por la discapacidad y a esas visitas que son más frecuentes que las del resto de la población, resulta que se añaden las múltiples barreras con las que se encuentran . Es indiscutible, a estas alturas de la película, que nos encontramos en el camino correcto tratando de conquistar mejores niveles de vida en la calidad de las personas con discapacidad, aspecto que se presenta ligado a todo lo que tiene que ver con la salud. Por eso, el sector sanitario pretende adquirir importantes compromisos necesarios, por otra parte, para llegar a buen puerto en esta materia. De momento, desafortunadamente, no se cuenta con todas las condiciones necesarias para la igualdad de oportunidades en un aspecto tan relevante como este . Las personas con movilidad reducida siguen encontrándose cientos de barreras arquitectónicas cuando acuden a su centro de salud. No se utilizan de manera adecuada las grandes posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para mejorar el sistema de prestaciones y el acceso a las mismas y no se tiene en cuenta a estos colectivos de manera práctica e intencionada a la hora de tomar decisiones. En este sentido, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad , CERMI, como otras entidades, pone a disposición de toda la sociedad en general y los profesionales, en particular, una Guía de Buenas Prácticas sobre este asunto. EN ella, denuncia, entre otros aspectos “la inexistencia de una aauténtica política estructural, sistemática y coherente ”. Mientras tanto, lo que día a día ocurre, en un ámbito tan relevante como el sanitario pasa por situaciones concretas: las personas con discapacidad auditiva continúan lamentando darse de bruces contra la gran barrera de comunicación que supone acudir a un centro de salud donde necesitan un intérprete o no pueden mantener una conversación directa con su médico a causa del uso de mascarillas que impiden la lectura labial. Las personas con discapacidad visual, siguen buscando solución para que la información de pantallas, carteles y señales que aparecen en hospitales y que proliferan cada vez más, les resulte accesible de algún modo. Y los usuarios de sillas de ruedas, aún se encuentran con que, por la falta de un ascensor, se les debe realizar una prueba médica en otro lugar diferente que al que al resto de los pacientes o con que deben pedir ayuda para depositar informes o documentación en papel sobre un mostrador que se les queda demasiado alto y al que no alcanzan.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies