Hace varios años que el silencio se rompió y, una vez más, estará contra las cuerdas. Como cada mes de noviembre, las plazas, calles y rincones de toda España retumbarán bajo los empedernidos gritos de “NI UNA MUJER MENOS” o “¡SI NOSOTRAS PARAMOS, SE PARA EL MUNDO!”. Sus voces, como principal arma. Y la justica social, como estandarte. Sin competencia por ver quién tiene el mensaje más contundente o quién alza más alto la voz. No es necesario, aquí todo suma excepto la continua campaña camaleónica de las políticas y los políticos que, más que favorecer, alimentan imaginarios verdes, dragones de colores y fake news. Aquí, se hace uso de la sororidad, bajo un mismo clamor, porque el silencio mata.
El fatídico contador de la violencia de género no para de acrecentarse. La cifra asciende a más de un millar, consiguiendo redondear este verano los cuatro dígitos. Números aterradores que esconden una realidad que ha de ser contada, no solo para concienciar y afrontar la problemática, si no para saber que el terrorismo machista supera una de las épocas más oscuras y sangrientas de nuestro país con ETA.
En el año 2003 comenzó a desquebrajarse el miedo. Fue sustituido por la unión y lucha del todas para una y una para todas, en primer lugar, gracias a contar tanto con una Ley Integral como un Pacto de Estado que situó a España como pionera en materia de lucha contra la violencia de género. Poco a poco, se sumaron esfuerzos. Resonaba un grito más unánime entremezclado con voces varoniles. Aunque no es suficiente, pues por desgracia la noticia destacada sería un total de cero víctimas en un año, cuando en la actualidad obtenemos un total de 51 mujeres asesinadas, de las cuáles 40 no habían presentado denuncia.
El silencio mata y hay que romperlo. Las formas son múltiples y pueden variar desde una denuncia hasta una manifestación, pasando por el tono humorístico. Pamela Palenciano utiliza esta arma y es que, desde el humor, parece que los argumentos tienen más peso, pues nos tomamos lo humorístico demasiado en serio, incluso buscándole límites, y la vida real en broma. La monologuista, comunicadora y activista feminista nacida en Andújar, consciente de la paradoja, relata en tono irónico y desenfadado una experiencia personal sobre la violencia de género.
Con ‘No solo duelen los golpes’ Palenciano introduce a los espectadores, vía YouTube o en directo, en sus vivencias transcurridas desde los 12 hasta los 18 años, época en la que mantuvo una relación sentimental, por llamarlo de alguna forma, con un chico que la maltrataba y ejercía sobre ella violencia en diferentes formas. Mediante frases potentes y lúcidas, cargadas de inteligencia, analiza situaciones en las que el público puede verse reflejado. Además de realizar una crítica a la violencia machista, los estereotipos de género y el sistema económico. Un viaje lleno de emociones, donde los espectadores pasan de la carcajada al llanto, mediante la empatía de una situación real, repetida hasta la saciedad, en la que la creencia del amor real y romántico, utópico de películas de príncipes y princesas, tiene momentos en los que duele. Pero no es verdad, porque “el amor, si es de verdad, no duele”.
Sea en clave de humor o no, el mensaje es claro: denunciar una historia oculta tras los números crecientes; romper el silencio y conseguir que la cifra se sitúe en 0 sin necesidad de ser noticiable. De esta forma, el objetivo estaría más cerca y días como el 25 de noviembre no estarían marcados en tonalidad morada en el calendario. De momento, toca hacer de cada día un 25 de noviembre, día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, pues alzando la voz y recordando a todas aquellas que ya no pueden hacerlo, podremos eliminar la ausencia acústica de nuestra rutina.
