CEAR presenta en el Salón de actos del Palacio de la Isla en Cáceres las conclusiones de sus informes sobre la situación de las personas migrantes y refugiadas en los países de tránsito hacia Europa en la charla ‘Protección Internacional y Vías legales y seguras en países de tránsito: Líbano, Jordania y Turquía. La presentación contó con Nuria Diaz, coordinadora estatal de Incidencia de CEAR y Diana Muñoz, investigadora de esta entidad en Extremadura, quienes compartieron los resultados de estas investigaciones y conversaron sobre el trabajo de CEAR en la defensa del derecho de asilo.
La organización ha realizado tres investigaciones manteniendo reuniones con representantes de los tres gobiernos, organismos internacionales, organizaciones y personas solicitantes de asilo y refugiadas que se encuentran en estos países. El objetivo ha sido analizar y visibilizar su situación en estos países, así como el funcionamiento de vías legales y seguras como el reasentamiento para que muchas personas con necesidad de protección internacional puedan llegar a territorio europeo sin necesidad de jugarse la vida en el intento.
Las investigaciones son fruto del Observatorio del Derecho de Asilo, las Migraciones Forzadas y las Fronteras, proyecto con financiación de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID). Estos tres países aglutinan a unos 6,5 millones de personas con necesidad de protección internacional, lo que supone un 22% de las personas solicitantes de asilo y refugiadas en el mundo. La acogida de este elevado número de personas de orígenes diversos supone un importante desafío para estos países, que enfrentan significativos retos económicos y sociales. De ahí que estos países hayan pedido insistentemente la colaboración de la comunidad internacional y la implicación de la Unión Europea y sus Estados miembro en el reparto y asunción de responsabilidades.
Tras esta investigación, los principales retos en materia de protección detectados fueron las dificultades para acceder a la protección internacional en Líbano y Jordania, la carencia de recursos de acogida específicos para atender las necesidades especiales, la dificultad para generar ingresos estables y por tanto la dependencia de la ayuda humanitaria, así como la insuficiencia de fondos para atender a todas las personas en situación de vulnerabilidad y la falta de acceso a la vivienda privada en condiciones dignas.