Historias

La lectura fácil en un mundo difícil

La lectura fácil en un mundo difícil

Susana Mangut

23 diciembre, 2020

 La lectura fácil me ha descubierto un nuevo camino. Antes no leía porque no entendía los textos

Borja Carretero Pérez vive en Montijo, tiene 26 años  y desempeña su labor como evaluador y validador de lectura fácil en Plena Inclusión Extremadura. Queremos conocer de primera mano y por alguien que la utiliza en su día a día, qué supone el avance hacia este formato accesible para un colectivo al que la lectura fácil le ha abierto camino y nuevos horizontes en una sociedad difícil donde no pueden ser autónomos en un porcentaje que hoy legitiman con sus trabajos y acciones. Hemos dado un gran paso adelante porque ahora, ya no deben ser los técnicos o los representantes de entidades quienes expliquen y hablen sobre lectura fácil, sino que ellos con su propia voz y experiencia, han de ser quienes nos expresen al resto de personas que componemos este mundo difícil, cuáles son las ventajas y las oportunidades que les presenta la lectura fácil. Borja es un vivo ejemplo de ello y es él en primera persona, quien habla para ‘Miradas’ en un contexto social en el que, queremos pensar, se escucha y se tiene en cuenta la opinión y el juicio de valor de estas personas y no tanto de sus familias o cuidadores.

La lectura fácil aparece como un obligatorio y beneficioso hilo conductor de forma transversal en todos los órdenes de nuestra vida. Por ejemplo, tan solo hace unos meses que comenzó la desescalada, tras el confinamiento que, desafortunadamente, trajo la pandemia. Pues bien, para las personas con discapacidad intelectual, tratar de entender la situación, fue un auténtico reto que hubo que superar. Precisamente, Borja Carretero tuvo mucho que ver validando los textos de un documento que vio la luz desde Plena Inclusión y que fue adaptado a formato de lectura fácil por la Oficina de Accesibilidad Cognitiva y Lectura Fácil de Extremadura. Así el ‘Plan de Desescalada en Lectura Fácil’, posibilitó a muchas personas con discapacidad intelectual y o del desarrollo, que pudieran conocer, comprender y aplicar en su día a día, importantes medidas sociales y sanitarias que aún hoy perduran. Además, hace poco más de un mes, se presentó la primera página web de empleo adaptada a nivel nacional; la OACEX fue la encargada de adaptar a este formato la web Extremadura Trabaja y Borja también se encargó de buena parte de este interesante trabajo pionero.

 

A los 16 años tuve que abandonar el instituto. No podía seguir estudiando aunque lo deseaba, pero no me daban los materiales adecuados

 

Borja Carretero es un joven inquieto de mente al que le costaba acercarse a los libros. En el fondo, sabía que en ellos encontraría respuestas a muchas preguntas, pero sobre todo que disfrutaría con las aportaciones que encontrase en ellos. Borja quería leer, pero sencillamente, aquellas letras no estaban hechas para él: «si es que a mí no me gustaba leer porque no lo entendía y a los 16 años tuve que abandonar el instituto ya que no  contaba con las facilidades que yo necesitaba para aprender y formarme. No podía seguir estudiando aunque lo deseaba, pero no me daban los materiales adecuados.  Estuve dos años sin hacer nada hasta que mi madre, a través de la orientadora laboral del instituto, se enteró de que podría existir una mejor opción para mí; entrar a formar parte de Plena Inclusión Montijo».

Sin embargo, esta nueva etapa en la vida de Borja, que ahora ha traído tantos y merecidos beneficios, no empezó demasiado bien y como él mismo relata, tuvo que asumir su situación real. «Confieso hoy que, al principio, tuve un poco de recelo porque, desde bien pequeño, en mi barrio se metían conmigo. Recuerdo que asistía al colegio Ponce de León para dar psicomotricidad de las manos, porque me costaba más a lo mejor, pues abrocharme un botón o una cremallera. Entonces… lo típico que te dicen: “tontito, retrasado, bobo”. En fin, cosas muy feas y desagradables. Luego me armé de valor y acudí y ahora me alegro de haberlo hecho”.

Desgraciadamente, ahí fuera todavía la sociedad en que vivimos, que se las da de progre, solidaria, empática y muy, muy social, existe una auténtica jungla llena de fauces abiertas y trampas por doquier. Pero por fortuna, en la madriguera la familia, en estos casos, hace piña y de qué manera. La de Borja, no fue una excepción y él lo sabe y se enorgullece por ello a su manera: «En mi casa  todo era diferente: mi madre fue la que me propuso ir a Plena Inclusión porque se daba cuenta de mis problemas. Mis hermanos me acompañaban incluso a algunas sesiones y lo han llevado perfectamente”.

Una persona con discapacidad intelectual que se expresa de forma limpia y correcta. Quizá tiene que ver el gran esfuerzo que pone a la hora de exponer ideas y el camino que le ha abierto la lectura fácil. «Yo desconocía ese campo por completo. La verdad es que nunca me había acercado a él. Un día llegó un correo a Plena Inclusión Montijo donde pedían una persona que validara lectura fácil. Fui a hacer la entrevista y me eligieron. Me encanta y es una oportunidad maravillosa para sentirte útil trabajando en algo que además, sabes que sirve a mucha gente».

 

Pero, realmente, ¿qué supone para alguien con discapacidad intelectual y o del desarrollo, expresado con sus palabras, la lectura fácil? ¿Cómo sería capaz de definirla Borja?

«La lectura fácil es aquella que podemos entender las personas con algún tipo de  discapacidad intelectual. Por ejemplo, una receta médica, una carta del banco, un menú de un restaurante,  contienen a veces palabras o instrucciones que no comprendemos. Se trata entonces de pasarlo a un lenguaje y un formato que sí nos resulte accesible. Esto lleva un proceso en el que, por ejemplo un ayuntamiento, una oficina de turismo, un centro de salud, es decir, alguna entidad se pone en contacto con la Oficina de Accesibilidad de Extremadura y después, los técnicos revisan y cambian el texto. Luego, nosotros, los validadores, nos sentamos con ellos y vamos viendo qué cosas no entendemos y cuales sí. Utilizamos pictogramas si son necesarios, porque tampoco hay que abusar, ¿sabes?».

A Borja le encanta su trabajo, porque se trata de eso, de un trabajo y ya se encarga él de hacerlo ver. Que es un trabajo y que se siente como pez en el agua realizándolo: «La verdad es que no lo conocía mucho y ahora me encanta. De hecho, por eso le he puesto más interés a la lectura. Es más, pienso que es algo que acaba de llegar y aún falta mucho por hacer. Hay que seguir integrando este formato en todos los ámbitos. La gente que no lo utiliza, debe darse cuenta de que es muy importante, pero no solo para nosotros, sino también para  inmigrantes, niños pequeños, personas con dificultades de comprensión  o personas  mayores etc».

Sin duda, más que válido el testimonio de todo un “validador”, Borja Carretero que, desde luego, será una persona con discapacidad intelectual, pero con una infinita CAPACIDAD de empatía con la que, ojalá contase más de uno en este particular mundo difícil.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies