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Cuando el dolor se convierte en generosidad, la historia del segundo camino, el de Manuela Fuentes

Cuando el dolor se convierte en generosidad, la historia del segundo camino, el de Manuela Fuentes

Susana Mangut

25 marzo, 2021

Resulta sorprendente e increíble pero afortunadamente, cada vez más cierto; existe gente hecha de una pasta especial capaz de transformar su gran dolor, el de una pérdida, por ejemplo, en algo tan maravilloso como la generosidad. La historia de David Gallego Fuentes y su familia es la historia del segundo camino, el que consiste en no hacer lo que toca, en no fabricarse un duro caparazón con la pena, la rabia y la impotencia, sino en dar, aportar y ayudar a los demás para tratar de construir un mundo mejor que aquel que, un día les llevó al fatal desenlace, a la irremediable temeridad de saber que Manuela Fuentes, la madre de David, abandonaba esta vida.

Hoy David, repleto de orgullo asegura que “mucho de lo que nos llevó a construir esta asociación que tiene el nombre de mi madre fue su forma de vivir la enfermedad junto a nosotros”. La Asociación Extremeña de Apoyo a las Unidades de Cuidados Paliativos “Manuela Fuentes” fue creada en Villanueva del Fresno y comenzó su actividad con un carácter provincial pero con idea de extender sus servicios a toda Extremadura. Entre sus primeros pasos,, en tan solo tres meses de andadura, destaca el Proyecto de colaboración en la Remodelación de la Unidad existente en el Perpetuo Socorro de Badajoz, o la creación de un banco de aparatos ortopédicos, desde el que recogen material que luego prestan a los usuarios, tanto en casa como en el hospital. De hecho, ya se ha realizado la primera donación que ha consistido en unos elevadores para los aseos que facilitan la movilidad a los enfermos. Sin embargo las expectativas y las ganas de moverse y dinamizar las actividades de la joven entidad, que cuenta con más de cincuenta socios, ya están dando frutos porque la labor está siendo intensa. Tal vez la propia “fundadora encubierta”, la mismísima Manuela Fuentes con su fuerza y el símbolo que ha dejado en la familia, tenga mucho que ver.

Todo comenzó, explica David “cuando mi madre empieza a ser usuaria del servicio de Cuidados Paliativos durante su enfermedad que duró unos siete meses. Mientras estuvimos allí nos dimos cuenta que existían una serie de carencias en cuanto a la hospitalización de los pacientes y sopesamos la posibilidad de poner en marcha alguna iniciativa. Mi madre fue diagnosticada de un Leidiosarcoma Uterino que, desafortunadamente, terminó en metástasis lo que hizo que la última etapa de su enfermedad nos derivase a este tipo de soporte”. Según relata su hijo, Manuela Fuentes marcaba, en gran medida el quehacer de muchos de los profesionales que la trataban y vivió su enfermedad de una manera positiva, siempre sonriendo y optimista. Esta situación continuaba animando a la familia y las personas cercanas a ella a seguir luchando más allá. Así, conocieron que no existen como tal en la región, Unidades de Cuidados Paliativos, sino equipos de soporte. “Se trata de habitaciones independientes adecuadas para ello. Por ejemplo, en el Perpetuo Socorro hay siete que sí dependen de este equipo pero que no se encuentran situadas todas en una planta. En total, se cuenta enn Extremadura con ocho equipos de soporte repartidos por la Comunidad”. EL punto de inflexión que marcará el inicio de la asociación sucede precisamente durante la estancia en el ingreso y al conocer a personas en la misma situación a quienes David Gallego y su familia, no dudaron en ayudar. “”Mi madre nos deja un 29 de agosto del año pasado y su cumpleaños fue el 14 de ese mismo mes. Nos resultaba imposible venirnos a casa porque la enfermedad lo impedía así que le hicimos una fiesta en el hospital junto con médicos y enfermeras, decoramos la habitación y vivimos ese momento de una forma especial. Teníamos dos caminos: o hartarnos a llorar o traer allí un poco de la esencia de nuestra casa y optamos por lo segundo. Además mi madre así lo pedía. Pero al día siguiente cuando los familiares de una paciente oncológica muy joven nos visitaron para contarnos que ellos también querían festejar el cumpleaños de su hijo de ocho años, fue cuando nos dimos cuenta de que teníamos que ponernos en marcha y ayudar a personas en esta situación. Comenzamos con ellos, por supuesto y les ayudamos a celebrar esa fiesta. Lamentablemente, mi madre fallece el día 29 , Enlace, y esta chica, justo un día antes. Aquello nos marcó mucho porque en ese momento no lo piensas, pero a la larga sí eres consciente de lo que has hecho. Ese niño pudo celebrar junto a su madre su último cumpleaños”. Y es que, en ocasiones, uno se da cuenta de la grandeza de lo que ha hecho cuando ya lo ha hecho. Por fortuna, la figura de la madre de David Gallego, hoy Presidente de esta asociación, no solo no se ha perdido en el horizonte, sino que cada día renace con más fuerza en forma de voluntad y solidaridad para con los demás.

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