Historias

¡Cómo hemos cambiado!: El Día del ‘Subnormal’

¡Cómo hemos cambiado!: El Día del ‘Subnormal’

Mirada Social

17 junio, 2020

A veces, 14 segundos de vídeo son suficientes. Más que suficientes para observar cómo hemos cambiado. Corría el año 1980 y con su inicio daba lugar a una de las décadas más recordadas por aquellos que vivieron su apogeo. Una de las últimas épocas en jugar en la calle, la primera en tener una videoconsola y, en general, la época de una generación nostálgica. Nostalgia hacia el casete TDK, los walkmans, las canicas, el ‘Barco de Chanquete’ o de las pastillas juanolas. Los maravillosos años 80… Sin embargo, pocos son los que recuerdan como comenzaron.

 

1980 Año Internacional del Subnormal (480p_30fps_H264-128kbit_AAC) from Rubén Contreras on Vimeo.

 

«La subnormalidad afecta a más del 1% de la población mundial. 40 millones de personas a las que está dedicado el año 1980 como el Año Internacional del Subnormal». De esta forma concluye el extracto de vídeo de TVE. 1980 el Año Internacional del Subnormal, predecesor del 11 de abril de 1979, fecha en la cual se celebró en España el Día Nacional del Subnormal. Un día donde las mujeres salieron a la calle con unas huchas para pedir pequeñas aportaciones de dinero y ayudar a sus hijos e hijas.

Actualmente, todo esto sería impensable. Las intenciones eran buenas y el objetivo consistía en mejorar la inclusión, hasta que «apareció gente dispuesta a utilizar la palabra en forma de insulto», como menciona la veterana activista Mercè Carbó. Es decir, el término subnormal estaba diseñado para no ser ofensivo y dignificar a personas que según el criterio médico oficial eran descritas como “cretino”, “oligofrénico” o “retrasado mental”. Ahora sí, nadie a día de hoy llamaría a una persona subnormal a no ser que su intención se basase en el desprestigio o el insulto. Su análisis a simple vista resulta fácil. El prefijo “sub” acompañado de la palabra “normal” indica que algo está por debajo de lo normal, que está por debajo de la norma. Técnicamente puede resultar políticamente correcto, pero la verdad, ¿alguien llamaría a una persona con Síndrome de Down o con cualquier otra discapacidad psíquica subnormal?

Espero que no, aunque la RAE en su omnipresencia y modernismo hacia el avance mantenga la definición: «Dicho de una persona que tiene una capacidad intelectual notablemente inferior a la normal». Tampoco es de extrañar tras su rechazo al lenguaje inclusivo o la aceptación de términos como “almóndigas”, “asín”, “culamen” o “amigovio”. El caso, un término peyorativo que no utilizaríamos bajo ningún concepto al referirnos a una persona con discapacidad. Algo que resulta normal, pero que en realidad fue todo un logro de los profesionales del sector que buscaron dignificar a las personas llamándolas como son: personas ante todo.

 

Día del Subnormal
Recorte de Twitter: «Piensa. Tu hijo puede ser subnormal».

 

Este proceso es largo y su evolución conceptual puede percatarse desde 1910, cuando se hablaba de “anormal” como colectivo no normal. Después le siguió el término “inútil” para señalar que el sujeto no es útil, no sirve para nada. Así hasta llegar a 1970 cuando se acuña subnormal. A partir de aquí, la evolución ha sido constante y en la Constitución de 1978 se empezó a usar el término “disminuido” o “minusválido” a raíz de La Ley de Integración social de los minusválidos. Aunque la OMS y su definición de “discapacidad” marcó el punto de inflexión: «Discapacidad es un término general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación».

Llegamos a la actualidad y solo nos queda pensar en: ¡Cómo hemos cambiado! Si echamos la vista atrás, resulta más que evidente que la terminología, en sus inicios inofensiva, ha evolucionado hacia la degeneración del concepto y, en concreto, hacia el insulto. El paso de los años ha propiciado mejoras en el lenguaje y en la inclusión. Ahora, miramos titulares como este de El País en el año 1981 con cierto asombro y una mueca ante la burrada que parece:

«El Plan de prevención de la subnormalidad empieza con tres años de retraso»

Y es que, no hace tanto, esta era la normalidad. A día de hoy, sabemos que ante cualquier término estamos hablando de personas. Eso es lo bonito de mirar al pasado con el objetivo de avanzar, saber de dónde venimos y a donde queremos llegar. A un mundo mejor; un mundo de PERSONAS.

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